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Para saber qué es una dirección IP lo primero que debemos plantearnos es cómo es posible que nuestro navegador encuentre una página web cualquiera, simplemente escribiendo unas pocas palabras en la barra de dirección.
Pues bien, esto es posible gracias a unos números de identificación que debe tener cada de uno de los dispositivos conectados a una red, las direcciones IP. Cuando escribimos una dirección, nos conectamos a un servidor DNS, que funciona como una especie de guía telefónica en la que cada dirección se corresponde con un nombre de host y una dirección IP.
De esta forma, aunque en nuestro navegador veamos una dirección amigable, esto quiere decir con palabras y caracteres comprensibles, en realidad nos estamos comunicando con otra máquina a través de la dirección IP.
Así pues, una dirección IP sirve para identificar un dispositivo dentro de una red, por tanto, debe ser única para diferenciar los cientos de millones de dispositivos que se conectan a Internet.
IPv4 es el formato habitual con el que solemos ver las direcciones IP. Se trata un número de 32 bits expresado de forma decimal cuyo aspecto suele ser algo así como 192.168.0.1. Esto proporciona un total de cuatro mil millones de direcciones IP únicas.
Debido al continuo aumento de dispositivos que se conectan a Internet se han desarrollado las IPv6, un número hexadecimal que abarca un mayor rango posibilidades.
La primera diferenciación que debemos hacer es qué puede ser pública o privada. Una IP privada es aquella que pertenece a una red local, de una casa o en una oficina, por ejemplo. Y una IP pública que es la que nos identifica cuando nos conectamos a Internet.
Nuestro proveedor de Internet o ISP nos asigna una dirección IP, la cual identifica a nuestro router cuando conectamos el exterior. Es el propio router quien se encarga de administrar las direcciones IP privadas, asignando los números automáticamente, aunque también se puede hacer de forma manual.
Lo cual nos lleva a otra diferencia entre tipos de dirección IP. La dirección IP estática y la dinámica. Esto quiere decir que el número identificativo de IP puede ir variando en el caso de las dinámicas o puede ser fijo cuando hablamos de un IP estática.
Por lo general nuestro ISP nos suele asignar una IP dinámica, si queremos que se estática es necesario solicitarlo explícitamente.
El método más sencillo para conocer nuestra IP pública es visitar cualquiera de las webs que, simplemente entrando en ellas, nos informan de cuál es la IP con la que estamos navegando en ese momento.
Sin embargo, si queremos conocer la IP privada de nuestro computador dependerá del sistema operativo que utilicemos. En Windows basta con abrir un símbolo de sistema y teclear “ipconfig”.
Ya podemos decir que sabemos qué es una dirección IP y para qué sirve. En resumen: es nuestra tarjeta de presentación en la red de redes. Además, identifican cada uno de los dispositivos conectados a Internet de tal forma que podemos encontrar una página web donde quiera que esté alojada.