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Facebook se ha convertido en un gigantesco punto de encuentro para millones de personas, incluyendo a tus posibles compradores. Para una Pequeña Empresa, estar presente en esta plataforma significa más que simplemente decir “aquí estoy”. Implica acercarte a la gente, escuchar sus necesidades y poder ajustar tu producto o servicio a lo que realmente buscan.
Aunque hoy día existen otras redes sociales muy populares, Facebook aún mantiene un lugar importante en la preferencia de usuarios de diferentes edades y ubicaciones. Esto quiere decir que no se limita únicamente a un segmento muy joven o muy adulto. Hay mamás, papás, chicos, chicas, profesionales, estudiantes y entusiastas de todo tipo que podrían convertirse en tus mejores aliados (y compradores).
Por eso, si tienes una Pyme, no subestimes el potencial de esta plataforma. Para sacarle partido, lo ideal es que definas metas claras y tangibles. Quizás tu meta sea aumentar ventas en línea, dar a conocer un nuevo producto, generar conversaciones o impulsar visitas a tu tienda física. Mientras más clara sea tu meta, mejor podrás diseñar tu plan de Marketing en Facebook.
Para dar tus primeros pasos, la coherencia y la calidad del contenido son fundamentales. Un error frecuente es abrir una página de Facebook, subir algunas fotos, dejarla inactiva y esperar que lluevan los seguidores. Eso no va a ocurrir si no pones un mínimo de esmero y dedicación.
En vez de eso, conviene que te plantees cómo quieres que la gente perciba tu marca. Piensa qué emociones y qué valores quieres transmitir. No te preocupes si tu negocio es chiquito; muchas veces, las historias auténticas de emprendedores que han luchado por levantar sus comercios atraen más empatía que las grandes cadenas.
Un buen punto de partida es asegurarte de que tu página cuente con:
• Un nombre reconocible y fácil de buscar (puede ser el mismo de tu negocio)
• Una foto de perfil clara (tu logo, por ejemplo)
• Una portada atractiva que represente la esencia de tu propuesta
• Una descripción breve pero precisa sobre quién eres y qué haces
• Un enlace a tu sitio web, si lo tienes, y un correo de contacto para que la gente pueda escribirte si desea algo en particular
Con esto ya tienes la base lista para empezar a publicar contenido que enganche y atraiga. Es como si tuvieras tu local físico: necesitas que al entrar, la gente entienda de inmediato qué ofreces y se anime a probar o comprar lo que tienes.
Significa planificar qué tipo de publicaciones vas a compartir, cuándo y con qué objetivo. De esta forma, no improvisas y mantienes una línea coherente en el tiempo.
Hay muchas formas de crear y compartir contenido en Facebook. Algunas ideas comunes incluyen videos, imágenes creativas, transmisiones en vivo, historias y textos que aporten valor al lector. La recomendación es experimentar con distintas opciones, siempre cuidando la calidad de lo que publicas. Por ejemplo, si decides hacer un video, intenta que se escuche y se vea bien; no necesitas la supercámara profesional, pero sí algo decente que no aleje a los usuarios.
También hay que tomar en cuenta la regularidad: no conviene publicar algo hoy y desaparecer tres semanas, luego subir cinco posts seguidos un domingo y volver a irte. Tus seguidores suelen acostumbrarse a cierto ritmo, y si eres muy inconstante, pierdes la oportunidad de mantener su atención.
Para estructurar tu calendario de contenidos, podrías apoyarte en temas específicos:
• Mostrar detrás de cámaras de tu negocio
• Mostrar la historia de algún cliente satisfecho
• Explicar los beneficios de tus productos
• Realizar preguntas a tu público sobre lo que les gustaría ver próximamente
La interacción (o engagement) se refiere a los likes, comentarios y veces que tus seguidores comparten tu contenido. A mayor interacción, mayor visibilidad, pues el algoritmo de Facebook tiende a enseñar las publicaciones que tienen reacciones positivas. Además, cuando la gente comparte tu post, te está recomendando de manera indirecta, lo que puede ayudarte a llegar a personas nuevas.
Pero no se trata solo de números. La interacción también es una forma de conocer mejor a tu audiencia. Si muchas personas están comentando cierto tipo de publicación, significa que ese tema conecta. Si, por el contrario, algo pasa inadvertido, es una señal de que quizás ese contenido no resonó en tu público.
Responder a los comentarios, agradecer y mostrarse cercano es fundamental para generar lazos duraderos con la comunidad. A nadie le gusta sentir que escribe un comentario y lo ignoran. Un simple “Gracias por tu comentario” o “Qué bueno que te gustó” puede marcar la diferencia.
Para las Pequeñas Empresas, la publicidad en Facebook puede ser muy conveniente si se hace con cuidado. La gran ventaja es la capacidad de segmentar, es decir, de escoger qué tipo de personas verán tus anuncios. Se puede filtrar por ubicación, edad, intereses y otros factores relevantes para tu negocio.
Imagina que vendes tortas para personas con intolerancias alimenticias. Puedes orientar tus anuncios hacia aquellos que muestren interés en recetas sin gluten, en alimentación saludable o en grupos relacionados con ese tema. Así, no estás disparando al aire, sino mostrando tus productos a quienes tienen mayor probabilidad de necesitarlos.
Por supuesto, conviene fijar un presupuesto diario o total para la campaña, y definir la duración. Lo ideal es probar distintas variaciones de un mismo anuncio (con diferentes textos o imágenes) y ver cuál obtiene mejor resultado.
Además de publicar y pautar anuncios, es importante construir y nutrir una comunidad. Hay varios consejos para ello, siempre sin caer en un formato de lista numerada, sino como recomendaciones generales:
Es bueno que fomentes la participación: haz preguntas, publica encuestas y pide opiniones sobre nuevos productos. Dale a tu audiencia el protagonismo que merece, pues sus aportaciones pueden inspirarte y hacerte más cercano.
También es útil contar anécdotas de tu negocio. Por ejemplo, si fabricas cuadernos personalizados, podrías contar cómo un cliente te inspiró a diseñar un nuevo tipo de cubierta. Esto hace que la gente vea el lado humano de tu emprendimiento y desarrolle un mayor apego.
Recuerda que mantener una comunidad no es solo recibir; también implica dar. Comparte información que les sea de ayuda, tips relacionados con tu actividad o historias motivadoras. Esto hace que la gente no sienta que solo les quieres vender, sino que también te preocupas por su bienestar e intereses.
En el Marketing en Facebook, conocer a tu audiencia es uno de los pasos principales. Puedes tener el mejor producto, la mejor campaña publicitaria, pero si no sabes a quién le estás hablando, corres el riesgo de que tu mensaje se pierda en el ruido.
Definir tu audiencia significa comprender qué edad promedio tienen las personas que podrían comprar tu producto, dónde viven, qué les interesa o cuáles son sus problemas frecuentes.
De nada sirve hablar de “maquillaje para 15 años” si tu audiencia principal está buscando botas de montaña. Se trata de evitar la dispersión y enfocar tu esfuerzo. Cuando ya tienes ese panorama claro, hacer pruebas de contenido resulta más sencillo y tus anuncios se vuelven más certeros.
Un truco para definir a tu audiencia es pensar en tu cliente objetivo. Imaginarlo con nombre, edad, estilo de vida y retos cotidianos. De esta manera, al publicar, sientes que le hablas directamente a esa persona imaginaria, en lugar de lanzar tu mensaje al aire.
Facebook permite una variedad amplia de formatos para compartir contenido, y aprovecharlos puede ayudarte a diferenciarte de la competencia. Una foto bien hecha, con buena iluminación y un texto atractivo, puede llamar muchísimo la atención. Por su parte, un video corto mostrando tus productos en acción o narrando una historia personal puede despertar empatía en segundos.
Las transmisiones en vivo (o “Facebook Live”) son un recurso muy potente para interactuar de inmediato con tus seguidores. Puedes responder preguntas en tiempo real, mostrar algún proceso de producción, compartir tips e incluso hacer sorteos. Este tipo de actividad genera cercanía y promueve la participación instantánea, pues la gente comenta mientras te ve.
Claro, es importante cuidar ciertos detalles. Antes de hacer un Facebook Live, asegúrate de que tu conexión a internet sea estable. Anuncia con un poco de anticipación el día y la hora de la transmisión para que tu audiencia lo sepa. Y cuando estés en vivo, sé tú mismo. No se trata de ser perfecto, sino de mostrar una faceta auténtica y útil para quienes te ven.
Facebook ofrece diversas herramientas de estadísticas (Insights) que te permiten ver cuántas personas han visto tus publicaciones, cuántas han interactuado y de qué lugar o rango de edad provienen. Esta información es muy valiosa para pulir tu estrategia de contenido.
Si notas que un tipo de publicación obtiene mucha más interacción que otras, quizá valga la pena repetir ese estilo o ese tema. Si, por el contrario, detectas que cierto horario no funciona, prueba otro momento del día. El secreto es experimentar con orden y paciencia, sin frustrarte a la primera.
También conviene que revises las métricas de tus anuncios pagos. Cuántos clics obtuvieron, cuántas conversiones (ventas o registros) se lograron y qué costo tuvo cada una. Esto te permite tomar decisiones informadas sobre aumentar o disminuir tu inversión.
Cuando hablamos de Marketing en Facebook para Pymes, también estamos hablando de branding. El branding es la manera en que la gente percibe tu negocio. Va más allá de un logo o un color corporativo; implica la historia, el tono de voz, los valores que defiendes y cómo te comunicas.
Facebook, al ser una red donde la comunicación se da de forma cercana, es un sitio ideal para reflejar la identidad de tu marca. Procura mantener un tono de voz coherente con tus valores. Si tu marca es jovial y divertida, tus publicaciones deben transmitir esa sensación. Si tu marca es más seria y formal, procura que tu contenido se alinee con ello.
En el branding entra también la forma en que respondes las quejas o los malos comentarios. Responder con calma, empatía y ofreciendo soluciones construye una imagen positiva, mientras que entrar en discusiones acaloradas puede espantar a otros potenciales clientes.
Al principio, tal vez dispongas de un presupuesto muy limitado para la publicidad en Facebook. No hay problema. Lo ideal es comenzar con lo que tengas y medir con lupa cómo se comporta el público.
Si observas que, con 5 dólares al día, estás llegando a 1,000 personas y consigues 10 clics, anota esa información para compararla con otras pruebas. Quizás inviertas 7 dólares diarios en otro anuncio diferente y logres 20 clics. De esta forma, ves cuál es más rentable y encaminas tu presupuesto a la opción ganadora.
No tengas miedo de detener una campaña que no te está rindiendo frutos, siempre y cuando tengas datos suficientes para concluir que realmente no está funcionando. La experimentación es parte del juego, y nadie acierta a la primera. Lo importante es aprender de cada intento y refinar tu estrategia de contenido y publicidad.
En ocasiones, colaborar con personas influyentes, aunque tengan audiencias pequeñas, puede ayudarte a llegar a más público. Estos micro influencers suelen tener una comunidad muy fiel, y si promocionan tu negocio, podrías obtener un impacto significativo.
Eso sí, busca colaboraciones que tengan sentido. Si tu Pyme vende productos de belleza naturales, podrías encontrar a alguien que hable sobre estilo de vida saludable y que de verdad se interese en lo que ofreces. La colaboración debe verse genuina, no forzada, para que la recomendación tenga credibilidad.
Puedes ofrecerles probar tus productos y, si les gusta, proponerles un acuerdo para que hablen de tu marca en su página de Facebook. Pero asegúrate de que esa persona comparta valores similares a los de tu negocio y no se dedique a promocionar cosas contradictorias.
La sección de “Insights” que Facebook ofrece a los administradores de páginas es una mina de datos. Ahí puedes ver qué días y horas tus seguidores están más activos, qué tipo de publicación recibió más reacciones y cuáles son los datos demográficos de tu audiencia.
Sin embargo, no te dejes abrumar por la cantidad de gráficos y números. Lo principal es identificar patrones y tendencias. Por ejemplo, si notas que los videos superan en rendimiento a las imágenes estáticas, podrías considerar producir más videos.
Aprovecha también para identificar qué temas generan más debate o comparten tus seguidores con más frecuencia. Eso te sirve como brújula para planificar futuros contenidos que mantengan o aumenten el interés.